sábado, 30 de diciembre de 2006

Muerto el perro, la rabia no muere

Saddam Hussein asesinado, sometido a un juicio manejado desde la sede del Imperio, constituye un hecho de asesinato calificado y desigual. Bush entrega a Saddam a los chihitas y ellos lo juzgan de acuerdo a las consignas del estaounidense. En este caso si el perro muere termina la rabia, pero no todos los dichos son reales, algunos se contradicen, la rabia musulmana no ha muerto y crecerá hasta convertirse en una pesadilla mayor que la de Viet-Nam, El Corán lo explica claramente, lo que queda es interpretarlo. Grave error de George Bush, una de sus estupideces que costará mucho al Imperio, una más de sus "acertadas" deciciones que llevará el odio musulmán hasta el último confín del Imperio, fuego y muerte caerá del cielo, tal como lo dicen las suras del Sagrado Libro. Mi buen George éste Año Nuevo será el más Feliz de tu extraña existencia.
Juselino

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